A éstas habría que añadir el casi 1,1 millones de viviendas no iniciadas, pero con proyecto, y las 869.122 que podrían construirse en el suelo residencial ya existente y preparado para edificar. De todas formas, no se espera que estos últimos pisos se inicien hasta que la recuperación económica no sea un hecho y el stock de pisos existente no se absorba. De hecho, Rodríguez de Acuña no cree que en cada uno de los próximos ejercicios se inicien más de 75.000 pisos. Lo malo es que esa reducida actividad en el sector de la construcción puede llevar a la tasa de paro hasta el 25 por ciento, lo cual, a su vez, también será un lastre para transacciones y precios. En cuanto a estos últimos, los analistas de RR Acuña y Asociados esperan que continúen cayendo hasta el año 2011, por lo menos. En 2009, según sus cálculos, el precio de la vivienda caerá un 9,55 por ciento. En 2010, el descenso será de otro 9,32 por ciento y en 2011 el retroceso sería de casi un cinco por ciento. En los ejercicios siguientes, los precios seguirán cayendo, o no, en función del ritmo al que se vaya recuperando la economía. Así, con un crecimiento nulo del PIB y de la inflación, la vivienda se abarataría un punto porcentual. Según las previsiones de RR Acuña y Asociados, el PIB español caerá hasta 2012, ejercicio en el que la contracción será de un 0,5 por ciento, así que es de prever que la vivienda ese año caería levemente. La sobreoferta se concentra, fundamentalmente, en las viviendas de precios más altos. Son éstas las que más recorrido tienen a la baja y, también, las que más tiempo tardarán en absorberse. Sin embargo, el stock de viviendas más baratas podría «consumirse» en apenas tres años. Por áreas geográficas, en la costa la vivienda seguirá bajando a un mayor ritmo, al igual que en las urbanizaciones nuevas de los alrededores de las grandes ciudades. Mientras, en las áreas consolidadas y céntricas de las grandes ciudades el ajuste se habría producido ya. Fuente: Finanzas.com
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